No les tengo que decir que la situación está difícil, todos sabemos que está difícil. Es la depresión económica, la gente está sin trabajo, o tiene miedo de quedarse sin trabajo. El dólar está devaluado, los bancos están quebrando, los dueños de locales atiendan con un arma debajo del mostrador, y hay encapuchados corriendo por las calles, y al parecer, nadie tiene idea de como pararlos.
Sabemos que el aire es irrespirable, y que los alimentos están contaminados. Nos sentamos a ver la televisión, mientras el noticiario nos cuenta que hoy hubo 15 homicidios y 63 crimines violentos, como si fuera lo normal cada día. Sabemos que la situación es difícil, ¡MÁS QUE DIFÍCIL!. Estamos locos, todo el mundo se está volviendo loco, entonces ya no salimos de nuestras casas, y nuestros mundo se vuelve cada vez más pequeño. Lo único que comenzamos a decir es "por favor, por lo menos déjennos tranquilos en nuestra sala de estar. Déjenme tener mi televisión plasma y no diré nada, ¡SOLO DÉJENME TRANQUILO!".
Pues no los voy a dejar tranquilos, ¡QUIERO QUE SE ENOJEN!. No quiero que protesten, ni que escriban cartas a sus parlamentarios, porque no sabría que pueden escribirles. No sé lo que hay que hacer con respecto a la depresión económica, ni con los crímenes en la calle, todo lo que sé es que primero ¡DEBES ENOJARTE!. Debes decir: "Soy un ser humano, por la mierda, ¡mi vida tiene valor!". Quiero que ahora se levanten, vayan a su ventana, saquen la cabeza y digan: "¡estoy enojado, y no voy a seguir aguantando esto nunca más!".
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