Imbancable... |
Desde hace poco más de un mes que
en España ronda la posibilidad de que el delantero Diego Costa, brasileño
perteneciente al Atlético de Madrid, pero nacionalizado español a principios
del 2013, juegue por el equipo que dirige Vicente Del Bosque. El jugador de 25
años es el actual goleador de la Liga española, y está a un gran nivel, por lo
que primero la prensa, y luego el técnico de la “Roja” europea, quiere
aprovechar la oportunidad para sumarlo al actual campeón del mundo.
Mi pregunta es: ¿Qué tan
legitimas son estas actitudes?, porque la nominación de Diego Costa por España
no es un tema de amor al país o a la camiseta, es un tema netamente de conveniencia.
Hace poco más de un mes, el jugador lucía orgulloso la bandera brasileña en sus
pertenencias. Incluso, fue nominado por Brasil para dos amistosos en el mes de
marzo, jugando aproximadamente 30 minutos. Claramente, si Scolari le diera más
oportunidades, Costa iría con Brasil y ni pensaría en la opción de España.
Pero como Costa en este momento
se ve fuera de la opción de ir al Mundial, decide que “peor es nada”, y
coquetea con la selección de España. ¿Necesita España andar nacionalizando
jugadores desesperados para repetir los éxitos conseguidos? ¿No le basta a
Vicente Del Bosque con el tremendo plantel que tiene? ¿No se supone que al
jugar por una selección nacional se está jugando por la bandera, por el escudo,
por la patria? ¿Es España la patria de Diego Costa?
Imbancable 2... |
Del Bosque tiene 4 opciones de
primer nivel para jugar de “9”. Soldado, Negredo, David Villa y Fernando
Torres. Es más, en la última Eurocopa, hizo jugar a Fábregas de delantero
centro, ¡y le funcionó! O sea, equipo no le falta, todo lo contrario. España está
entre las favoritas para el Mundial (aunque creo que no lo ganará), y aún así
pretende nominar a Costa. Conveniencia pura. Tergiversa lo que es representar
a un país.
Esto es como casarse sin amor,
solo para cobrar un bono que entrega el Gobierno. No hay convicción, solo
aprovechamiento mutuo. Y como el mundo ya se acostumbró a esas actitudes, pues
a algunos les da lo mismo. Cuando se entra al campo de juego, en una Copa del
Mundo o en un amistoso, y suena el himno de tu país, el corazón se contrae, un
nudo se forma en la garganta, y la camiseta se vuelve una armadura. Eso es
querer a un país, eso es jugar por una selección. Y Diego Costa hubiese
preferido hacerlo por Brasil, no me cabe la menor duda.
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