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viernes, 24 de enero de 2014

Desigualdad, el cáncer de las sociedades



¿Cuántas veces ha escuchado que su país está avanzando, porque económicamente está creciendo? ¿Cuántas veces ha escuchado que mientras mayor sea el PIB per cápita, mejor calidad de vida tendrá su país? Hace algunos días, el FMI anunció que España, que está situada en una gran crisis económica, tendrá una expansión de crecimiento de 0,6% este 2014, y que el PIB mundial pasará de 3% a 3,7% este año.

La mentira colectiva que se ha instaurado le debe hacer pensar a una persona, que no se maneja en temas económicos, que debido a estas cifras la calidad de vida en el mundo - y en España - está mejorando. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La realidad indica que los ricos son cada vez más ricos, que los que nacen pobres tienden a morir pobres, que los países con desigualdad en los ingresos cada vez son más, y que el sistema económico imperante lleva a que exista un mayor egoísmo en las personas, que solo buscan “salvarse solos”.

Richard Wilkinson

Richard Wilkinson es un investigador británico que ha intentado explicar cómo las desigualdades económicas perjudican a las sociedades. Según un sinnúmero de información que recolectó desde la ONU, el Banco Mundial y otras instituciones, el crecimiento del PIB en los países no tiene ninguna relación con la calidad de vida de los mismos.

Ejemplos:

Estados Unidos y Noruega tienen un PIB per cápita casi el doble que el de Grecia, Portugal o Israel, pero no existe entre estos países una diferencia significativa en expectativa o calidad de vida. Sin embargo, si analizamos los países por su distribución del ingreso, la situación cambia: ¿Cuánto más rico es el 20% superior que el 20% inferior de cada país? (los países menos desiguales son económicas de libre mercado y democráticas. No Cuba, como se suele caricaturizar).

En Japón el 20% con más ingresos es 3.4 veces más rico que el 20% de la población con menos ingreso. En Finlandia 3.7 veces, Noruega 3.9 veces, Suecia 4 veces, España 5.6 veces (antes de la crisis), Alemania 5.2 veces, Suiza 5.7 veces, Portugal 8 veces y Estados Unidos 8.5 veces.

Alguien podría argumentar: Pero que en Estados Unidos haya tal desigualdad de ingreso, no quiere decir que la calidad de vida de toda la sociedad sea mala. Equivocado, y las cifras lo demuestran.

Gráfico 1 que incluye en PIB

Se recolectaron datos de todo tipo de problemas sociales: niveles de confianza, enfermedades mentales, obesidad, drogadicción, alcoholismo, movilidad social. Se mezcló todo en un índice, todos con la misma valoración, y los resultados mostraron que los países con mayor desigualdad tienen mayores índices en todos estos problemas sociales. 

Por el contrario, si utilizamos los mismos índices de problemas sociales y de salud, y los relacionamos con el ingreso per cápita de los países (gráfico 1), no hay correlación. Es decir, si alguien dice que Estados Unidos no tiene grandes problemas sociales porque su PIB es alto, es absolutamente falso, porque no hay relación entre ambos factores. El PIB es el PROMEDIO del ingreso. En una casa de 4 personas, uno puede ganar 1 millón de pesos de sueldo, y los otros tres pueden ganar el sueldo mínimo (200 mil). El promedio de esa casa, es decir el PIB, sería de 400 mil pesos. Esa cifra claramente tergiversa la realidad de los cuatro integrantes de esa casa.

Se continuó con la investigación y se hizo lo mismo con el índice de UNICEF sobre bienestar infantil (si los niños hablan con sus padres, si tiene libros en sus casas, si existe acoso escolar, etc). Los resultados fueron muy parecidos. Los niños están peor en sociedades desiguales. Los países con mejores índices fueron Finlandia, Suecia, Noruega, Holanda… los peores Reino Unido, Estados Unidos.  

En el caso de Chile, que es un país “en vías de desarrollo”, el índice del PIB o el crecimiento económico no tienen nada que ver con el verdadero desarrollo social y cultural, porque el  bienestar de las sociedades NO depende de estos datos.  

Sigamos. En los países más desiguales se puede apreciar hasta 5 veces mayor cantidad de enfermedades mentales (como el estrés, por ejemplo). Además, hay más gente en prisión, existe escasa movilidad social (se nace pobre, se muere pobre) y existen mayores niveles de desconfianza. En los países más desiguales, solo un 15% cree que se puede confiar en el otro. En las sociedades más iguales, cerca del 60% siente que puede confiar en los otros.



Uno de los países que está entre los menos desiguales es Suecia. En Suecia hay grandes diferencias en salarios, pero esas diferencias se reducen a través de impuestos diferenciados y asistencia social. Según Richard Wilkinson, no se trata de una perfecta igualdad social, es muy difícil que eso exista, sino de crear mercados democráticos que igualmente pueden ser ricos y desarrollados.

¿Cómo se puede explicar que mientras en Estados Unidos los bancos quebraban y miles de jubilados perdían los ahorros de toda su vida, el Gobierno hubiese tenido que salvar a grandes empresas de automóviles, cuyos gerentes tenían sueldos de millones de dólares mensuales?, ¿Cómo se puede explicar que en España, donde se debe salir de una crisis, en vez de acortar la brecha de desigualdad ésta se ha ido agrandando? Según los últimos datos entregados, en aquel país el 20% de los contribuyentes más ricos acapara el 44% de todos los ingresos declarados. En el otro extremo, el 20% de los más pobres recibe solo el 6,6% del dinero que se mueve en el país. No me diga que les falta esfuerzo…

La explicación de todo esto es el sistema económico, que solo favorece a una elite. La palabra “fraternidad” en esta economía no existe, lo que importa es imponerte sobre el de al lado y tratar, SIEMPRE, de sacar el mayor provecho económico posible. ¿Es sensato que un gerente gane 300 veces lo que gana uno de sus empleados? ¿Es sensato que en Chile el 85% de las personas no gane más de 500 mil pesos?

“La democracia no ha llegado aún a la economía. La escala de la desigualdad económica que existe hoy en día no es una expresión de la libertad, sino más bien su negación. No podemos permitir que el sistema financiero lo manejen a su antojo unas elites, de espaldas a la población y al bien común”, dijo Wilkinson a El Mundo el 2012. Y no, Wilkinson no es comunista.



La desigualdad, creada por este sistema, es la causa de la mayoría de los males de nuestras sociedades. Cuando llegan las crisis, quienes sufren son las clases medias y bajas, mientras que las élites se protegen, despiden gente, y mantienen sus millones en sus bóvedas, porque lo que verdaderamente les importa es mantener el status, no ayudar a los demás. Si la gente, si el ser humano, entendiera que lo importante no es solo que le vaya bien a él, sino que nos vaya bien a todos, la historia sería muy distinta.

“Ningún hombre es una isla”, que alguien, con muchos ingresos, pague más impuestos, implica una mejora en la calidad de vida de toda la comunidad, porque habrá menos delincuencia, habrá más y mejor educación, etc. No significa que está manteniendo a los “pobres flojos que no quieren trabajar”, como lo quieren vender muchos.

“La desigualdad se alimenta de esta sociedad consumista en la que vivimos, que a veces parece una competición constante por el estatus social. La desigualdad amplifica los prejuicios de clase, nos hace sentirnos superiores o inferiores. Se trata al fin y al cabo de una fuerza más corrosiva que divide a la sociedad desde dentro”, dice Wilkinson. Juzgue usted.

Excelente video que explica todo el análisis de Wilkinson:

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