Los últimos cuatro días han sido caóticos en Egipto. Miles se personas han salido a las calles del Cairo, Suez y Alejandría, para protestar en contra del Gobierno de Hosni Mubarak. Las fuerzas policiales han reprimido las manifestaciones, causando 7 fallecidos hasta el momento. El día de hoy ha sido caótico, y lo han bautizado como el "viernes de la ira".
La razón de las manifestaciones, es el derrocamiento del actual Presidente, el fin a la corrupción, el comienzo de una nueva democracia y la creación de más empleos. Hosni Mubarak lleva 30 años en el poder, y los egipcios ya están hartos de sus políticas. El cuestionado líder no ha aparecido ante su pueblo, pero ha ordenado un toque de queda nacional, además de cortar las comunicaciones a través del Internet y la telefonía móvil.
El caos es tal, que el Gobierno de los Estados Unidos decidió dar un comunicado oficial, exigiendo a Mubarak el permitir las manifestaciones pacíficas, y el restablecimiento de las comunicaciones. Además de "escuchar a su pueblo y darles más democracia".
Pero estos acontecimientos no son aislados en el norte de África y Medio Oriente. A principios de año, Túnez sufrió sucesos similares. Su Presidente, Zine El Abidine Ben Ali, que estuvo 24 años en el poder, fue derrocado tras grandes protestas en todo el país. El 14 de Enero renunció al cargo y huyó, dejando en el poder a su Primer Ministro, que también fue sustituido al día siguiente. En ese momento, los países vecinos demostraron preocupación, porque el "virus" de descontento podía expandirse en la región. Y así fue. Hoy es Egipto, y mañana puede ser Libia (cuyo líder está al mando desde 1969), Jordania, Siria o el Líbano.
Esta claro que la región está viviendo un proceso de transición, pero lo que no sabemos es cómo va a terminar ese proceso. Si la gente triunfará en su intento de obtener más democracia, o si los Gobiernos endurecerán la represión con el fin de evitar cualquier contrapeso. Por el momento, en Egipto el conflicto no parece terminar a corto plazo, y la población ha rodeado los edificios públicos. Lamentablemente, la historia nos ha enseñado que estás batallas no se ganan o pierden sin violencia, y Egipto no es la excepción.
Actualización:
El Presidente Mubarak habló en cadena nacional a su pueblo. Pidió la renuncia de todo su Gabinete, pero descartó su salida. Además, destacó que "el progreso solo llegará a través del dialogo". Gracioso, por decirlo menos, ya que en sus 30 años de mandato, nunca incentivó esta herramienta.
Estados Unidos, que siempre tiene algo que decir en estos casos, volvió a pronunciarse sobre el tema, pero esta vez lo hizo el Presidente Obama. La situación es complicada para su Gobierno. Por un lado, Egipto, y Murabak, es un fuerte aliado en la zona, especialmente en el tema de Israel. La Casa Blanca se ha "hecho el ciego" a lo largo de los años, en varias violaciones a los derechos humanos en Egipto. Todo, con tal de mantener buenas relaciones en la región. Pero esta vez no puede desconocer el descontento popular en ese país. Obama pidió reformas políticas, económicas y democráticas a Mubarak, además de restablecer los derechos de Internet y telefonía.
Después del discurso del Presidente Egipcio, estaba la duda de si el pueblo de ese país se conformaría con este cambio de Gabinete, o seguiría peleando por la salida del líder. Todo parece indicar que el pueblo NO está conforme y no descansará hasta de Mubarak renuncie. Si tomamos en cuento cuando tiempo se demoró el líder de Túnez en renunciar (27 días), podríamos decir que la presión de los egipcios ha sido mayor. Hasta ahora, el Ejercito de ese país sigue apoyando al Presidente, pero todos sabemos que esa situación puede cambiar en cualquier minuto.
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