¿Cuántas veces ha escuchado que
su país está avanzando, porque económicamente está creciendo? ¿Cuántas veces ha
escuchado que mientras mayor sea el PIB per cápita, mejor calidad de vida
tendrá su país? Hace algunos días, el FMI anunció que España, que está situada
en una gran crisis económica, tendrá una expansión de crecimiento de 0,6% este
2014, y que el PIB mundial pasará de 3% a 3,7% este año.
La mentira colectiva que se ha
instaurado le debe hacer pensar a una persona, que no se maneja en temas
económicos, que debido a estas cifras la calidad de vida en el mundo - y en España - está
mejorando. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La realidad indica que
los ricos son cada vez más ricos, que los que nacen pobres tienden a morir
pobres, que los países con desigualdad en los ingresos cada vez son más, y que
el sistema económico imperante lleva a que exista un mayor egoísmo en las
personas, que solo buscan “salvarse solos”.
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Richard Wilkinson |
Richard Wilkinson es un
investigador británico que ha intentado explicar cómo las desigualdades
económicas perjudican a las sociedades. Según un sinnúmero de información que
recolectó desde la ONU, el Banco Mundial y otras instituciones, el crecimiento
del PIB en los países no tiene ninguna relación con la calidad de vida de los
mismos.
Ejemplos:
Estados Unidos y Noruega tienen
un PIB per cápita casi el doble que el de Grecia, Portugal o Israel, pero no
existe entre estos países una diferencia significativa en expectativa o calidad
de vida. Sin embargo, si analizamos los
países por su distribución del ingreso, la situación cambia: ¿Cuánto más rico
es el 20% superior que el 20% inferior de cada país? (los países menos
desiguales son económicas de libre mercado y democráticas. No Cuba, como se
suele caricaturizar).
En Japón el 20% con más ingresos es
3.4 veces más rico que el 20% de la población con menos ingreso. En Finlandia
3.7 veces, Noruega 3.9 veces, Suecia 4 veces, España 5.6 veces (antes de la
crisis), Alemania 5.2 veces, Suiza 5.7 veces, Portugal 8 veces y Estados Unidos
8.5 veces.
Alguien podría argumentar: Pero
que en Estados Unidos haya tal desigualdad de ingreso, no quiere decir que la
calidad de vida de toda la sociedad sea mala. Equivocado, y las cifras lo
demuestran.
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Gráfico 1 que incluye en PIB |
Se recolectaron datos de todo
tipo de problemas sociales: niveles de confianza, enfermedades mentales,
obesidad, drogadicción, alcoholismo, movilidad social. Se mezcló todo en un
índice, todos con la misma valoración, y los resultados mostraron que los
países con mayor desigualdad tienen mayores índices en todos estos problemas
sociales.
Por el contrario, si utilizamos
los mismos índices de problemas sociales y de salud, y los relacionamos con el
ingreso per cápita de los países (gráfico 1), no hay correlación. Es decir, si alguien dice
que Estados Unidos no tiene grandes problemas sociales porque su PIB es alto,
es absolutamente falso, porque no hay relación entre ambos factores. El PIB es
el PROMEDIO del ingreso. En una casa de 4 personas, uno puede ganar 1 millón de
pesos de sueldo, y los otros tres pueden ganar el sueldo mínimo (200 mil). El
promedio de esa casa, es decir el PIB, sería de 400 mil pesos. Esa cifra
claramente tergiversa la realidad de los cuatro integrantes de esa casa.
Se continuó con la investigación y
se hizo lo mismo con el índice de UNICEF sobre bienestar infantil (si los niños
hablan con sus padres, si tiene libros en sus casas, si existe acoso escolar,
etc). Los resultados fueron muy parecidos. Los niños están peor en sociedades
desiguales. Los países con mejores índices fueron Finlandia, Suecia, Noruega,
Holanda… los peores Reino Unido, Estados Unidos.
En el caso de Chile, que es un
país “en vías de desarrollo”, el índice del PIB o el crecimiento económico no
tienen nada que ver con el verdadero desarrollo social y cultural, porque el bienestar de las sociedades NO depende de
estos datos.
Sigamos. En los países más
desiguales se puede apreciar hasta 5 veces mayor cantidad de enfermedades
mentales (como el estrés, por ejemplo). Además, hay más gente en prisión,
existe escasa movilidad social (se nace pobre, se muere pobre) y existen
mayores niveles de desconfianza. En los países más desiguales, solo un 15% cree
que se puede confiar en el otro. En las sociedades más iguales, cerca del 60%
siente que puede confiar en los otros.
Uno de los países que está entre
los menos desiguales es Suecia. En Suecia hay grandes diferencias en salarios,
pero esas diferencias se reducen a través de impuestos diferenciados y asistencia
social. Según Richard Wilkinson, no se trata de una perfecta igualdad social, es
muy difícil que eso exista, sino de crear mercados democráticos que igualmente
pueden ser ricos y desarrollados.
¿Cómo se puede explicar que
mientras en Estados Unidos los bancos quebraban y miles de jubilados perdían
los ahorros de toda su vida, el Gobierno hubiese tenido que salvar a grandes
empresas de automóviles, cuyos gerentes tenían sueldos de millones de dólares
mensuales?, ¿Cómo se puede explicar que en España, donde se debe salir de una
crisis, en vez de acortar la brecha de desigualdad ésta se ha ido agrandando?
Según los últimos datos entregados, en aquel país el 20% de los contribuyentes
más ricos acapara el 44% de todos los ingresos declarados. En el otro extremo,
el 20% de los más pobres recibe solo el 6,6% del dinero que se mueve en el
país. No me diga que les falta esfuerzo…
La explicación de todo esto es el
sistema económico, que solo favorece a una elite. La palabra “fraternidad” en
esta economía no existe, lo que importa es imponerte sobre el de al lado y
tratar, SIEMPRE, de sacar el mayor provecho económico posible. ¿Es sensato que
un gerente gane 300 veces lo que gana uno de sus empleados? ¿Es sensato que en
Chile el 85% de las personas no gane más de 500 mil pesos?
“La democracia no ha llegado aún
a la economía. La escala de la desigualdad económica que existe hoy en día no
es una expresión de la libertad, sino más bien su negación. No podemos permitir
que el sistema financiero lo manejen a su antojo unas elites, de espaldas a la
población y al bien común”, dijo Wilkinson a El Mundo el 2012. Y no, Wilkinson
no es comunista.
La desigualdad, creada por este
sistema, es la causa de la mayoría de los males de nuestras sociedades. Cuando
llegan las crisis, quienes sufren son las clases medias y bajas, mientras que
las élites se protegen, despiden gente, y mantienen sus millones en sus bóvedas,
porque lo que verdaderamente les importa es mantener el status, no ayudar a los
demás. Si la gente, si el ser humano, entendiera que lo importante no es solo
que le vaya bien a él, sino que nos vaya bien a todos, la historia sería muy
distinta.
“Ningún hombre es una isla”, que
alguien, con muchos ingresos, pague más impuestos, implica una mejora en la
calidad de vida de toda la comunidad, porque habrá menos delincuencia, habrá
más y mejor educación, etc. No significa que está manteniendo a los “pobres flojos
que no quieren trabajar”, como lo quieren vender muchos.
“La desigualdad se alimenta de
esta sociedad consumista en la que vivimos, que a veces parece una competición
constante por el estatus social. La desigualdad amplifica los prejuicios de
clase, nos hace sentirnos superiores o inferiores. Se trata al fin y al cabo de
una fuerza más corrosiva que divide a la sociedad desde dentro”, dice
Wilkinson. Juzgue usted.
Excelente video que explica todo el análisis de Wilkinson: