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jueves, 23 de enero de 2014

Los “valores” del Barcelona y el “caso Neymar”



El resentimiento del barcelonismo contra el madridismo es gigantesco. La rivalidad entre Barcelona y Real Madrid va más allá del fútbol, es un tema político que no es tan simple de entender ni de explicar. Yo, madridista no española, lo he podido notar desde hace 14 años, cuando me hice hincha del Madrí (aunque yo digo que siempre lo fui, pero no lo sabía).

El primer partido que vi, por el cual me hice hincha, fue cuando Luis Figo volvió por primera vez al Camp Nou, pero ahora con la camiseta “merengue”. La victoria “blaugrana” pasó a segundo plano.  Una cabeza de cerdo (!!) cayó al campo de juego, decenas de pancartas con insultos para el jugador, y cada vez que el portugués se acercaba a las galerías, parecía que se lo iban a comer. Me llamó la atención el odio, profundo, hacia Figo, cuyo único “pecado” había sido cambiarse de equipo. Está bien, el fútbol es pasión, y ningún hincha le tiene aprecio a un jugador que se marcha al máximo rival, pero la actitud contra Figo era extrema, era un profundo ODIO.

Después, con el paso del tiempo, comencé a entender que el Madrid es el mejor equipo de España, y el más ganador de Europa. El Barcelona, por el contrario, era un equipo que siempre había vivido a la sombra del poderoso “merengue”, de ahí el resentimiento. Además, los catalanes le tienen bronca a Madrid, porque supuestamente los “oprimen”, y todo un tema histórico que no manejo al detalle, porque no soy española.

Las 9 Copas de Europa del Real Madrid

En los últimos años, el equipo “culé” ha vivido un auge incuestionable, que lo ha tenido en la cúspide y ganando los principales trofeos, tanto en España como en Europa. El hecho de ya no estar a la sombra del Real Madrid, y ahora ser el máximo protagonista, debería ser suficiente para mantener tranquilo el ego “culé”. Sin embargo, el resentimiento hacia el máximo rival es están grande, que el Barcelona apela a otros aspectos para intentar imponerse.

Primero, quisieron hacerle creer al mundo que ellos inventaron el “buen fútbol”. Nunca ningún equipo había jugado tan bien como el Barcelona de Guardiola. Cualquier equipo que no intentara copiar su estilo estaba atentando contra este deporte. Xavi Hernández se encargaba de desacreditar a cada rival que los lograba vencer, porque “no tenían el mayor porcentaje de posesión” (tema sensible en este Barcelona, “la posesión”), y ganar de esa manera es un pecado, debían pedir perdón.



Además, Messi es el mejor jugador de la historia solo por ganar con el Barcelona, a pesar de no haber levantado una Copa del Mundo o de no haber conseguido una Copa América. Da lo mismo, lo importante es que está en el Barcelona, “el mejor equipo de la historia”. A todo eso, súmenle que tenían al técnico más caballero que ha existido jamás: Pep Guardiola, el Premio Nobel de la Paz del fútbol, que nada tiene que ver con José Mourinho, el representante del lado oscuro de la Fuerza, que ooohhhhh, casualmente era del Real Madrid. 

El Barcelona comienza a presumir de “Valores”. Siempre dando lecciones de cómo se debe actuar. De cómo se debe jugar. Enseñándole al mundo el “verdadero fútbol”. Ya no solo se estaba imponiendo a su máximo rival en lo futbolístico, sino que ahora en lo moral. “Más que un club”, y esas vainas.



Pero todo esto no era suficiente en Barcelona. El ego “culé” seguía inquieto. Había que ir por más. Si hay algo en que no han podido imponerse nunca al Real Madrid es en el poder de marketing del equipo “merengue”. Eso Florentino Pérez lo maneja a la perfección, y el conjunto de la capital española año a año pelea el primer lugar del equipo “más rico” del mundo. Entonces, en las oficinas del Camp Nou pensaron que había que dar el golpe. Atacar el punto que, probablemente, más le dolería a Florentino. Y fueron por Neymar.

El delantero brasileño era la última joya del fútbol mundial. El Real Madrid estaba interesado y había preguntado por su precio. Como contó el presidente “blanco”, después de conocer todos los detalles de la negociación, y de hablar con el Santos, se dieron cuenta que cerrar la operación “ponía en peligro el equilibrio de la institución” y no lo hicieron. 150 millones de euros le salía al Real Madrid comprar a Neymar Jr…  
Ahí apareció el Barcelona. Quisieron dejar como tonto (o gilipollas, ya que estamos hablando de equipos españoles) a Florentino Pérez. “¿Que tú no puedes fichar a Neymar?, pues nosotros sí, y solo por 57 millones de euros”, dieron a entender los dirigentes “culés”. Además, por intermedio de sus panfletos “Mundo Deportivo” y “Sport”, vendieron la mentira de que el jugador aceptó menos dinero, porque “prefería jugar en el Barcelona, junto a Messi. Era su sueño”. El equipo catalán le robaba a su máximo rival la última gran promesa del fútbol. Los “valores” se imponían a la “máquina aplanadora y derrochadora de dinero” que es el Real Madrid, que luego fichó a Gareth Bale por 90 millones de euros.

El Barcelona formaba su equipo con poco dinero, mientras el Real Madrid lo derrocha, habiendo tanto pobre en el mundo. El “bien” (Barcelona) le ganó al “mal” (Real Madrid), y el ego “culé” ya no daba más, iba a explotar.



Pero lo que explotó no fue el ego, sino la mentira. Si bien el verso de los valores se les ha ido cayendo de a poco, y Messi ya no es taaaan buena persona, la verdadera bomba fue el estallido del “caso Neymar”. Como se viene especulando desde hace varios meses, Barcelona no pagó 57 millones por el delantero, sino mucho más. Un socio del Barcelona presentó una querella por supuesta apropiación indebida, el Fiscal admitió la querella y comenzó la investigación (pueden entender todo el caso en esta nota de ABC). Tras decir que estaba dispuesto a ir a declarar, el presidente, Sandro Rosell, dimitió de su cargo, sin mayores explicaciones, y asegurando que lo hace “por el bien del club y su familia”.

En la conferencia de prensa donde hizo oficial su salida, Rosell volvió a asegurar que el fichaje de Neymar costó 57 millones de euros, y que está todo en regla. Sin embargo, según el periodista del diario El Mundo, Eduardo Inda, que tuvo acceso a los contratos, el Barcelona pagó cerca de 100 millones de euros por el brasileño. Querían dejar como tonto a Florentino, pero la farsa les estalló en la cara.




Recuerdo que el día de la presentación de Neymar, en el Camp Nou, un hincha tenía un cartel que decía: “Florentino, en Madrid no hay mar, ni Neymar”. Eso era lo que querían los culés. No pretendían solo contratar a un buen jugador, querían quitarselo al Real Madrid, sentir que se habían impuesto al rival, porque no les basta solo con que el triunfo sea con goles. El resentimiento, esta vez, les jugó una mala pasada. Hoy, ese hincha debe estar quemando la pancarta. 

1 comentario:

  1. Para entender toda la rivalidad entre Barcelona y Madrid se debe vivir allí y sentir como se tratan unos a otros, conocer la historia y recién allí se logrará entender una parte.
    Yo viví en Madrid y soy culé y desprecio todo lo que Rossel hizo como presidente de FC Barcelona. Lo demás es parte del circo mediático que TODOS los clubes de fútbol del planeta se ven envueltos, es parte del negocio, porque para que estamos con cosas, lo deportivo hace años dejo de ser el punto de excelencia de la disciplina, ahora los números es mucho más importante.

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